Chulucanas perteneciendo al
departamento de Piura – provincia de Morropón, ubicándose en la costa norte del
Perú es una ciudad productora de maíz, mango, limón y principalmente fabricante
de una de las artes más reconocidas y populares del Perú, la alfarería. Este arte
ha trascendido con el pasar de los años y ha perdurado tras la conquista de los
españoles, afortunadamente, gracias a la habilidad de los artesanos
descendientes del antiguo Tallán y Vicús.
Las costumbres y principalmente el
arte de estas culturas prehispánicas han llevado a Chulucanas y también al
pueblo de “La encantada” la cual queda a tan solo unos minutos de la cuidad a
ser la cuna de excelentes y destacados alfareros, reconocidos tanto nacional
como internacionalmente. Al ser una de las más populares, esta artesanía ha
llegado a cada rincón del país, en la actualidad ya existen tiendas que ofrecen
este producto principalmente en ciudades turísticas como Lima y Cuzco, a las
cuales acuden muchos visitantes extranjeros, siendo para ellos un atractivo el
cual aprecian por sus detalles, calidad y que por ende compran.
El gobierno peruano por medio del
ministerio del comercio exterior y turismo no ha dejado de lado este atractivo
arte, al contrario el gobierno lo ha denominado como un producto bandera del
Perú, de esta forma busca permitir su desarrollo en los mercados
internacionales, generando un considerable aumento de exportaciones de la
cerámica chulucanense a cerca de 60 países, entre ellos Estados unidos uno de
los principales países, seguido de países europeos como España, Francia, Italia, Alemania y
Países Bajos.
Esta cerámica además de ser
importante por representar culturas muy antiguas tiene ciertas características
que con el pasar de los años se le ha venido añadiendo, cada artesano ha puesto
en ella su técnica y el significado de lo que quiere representar, así como
también la finalidad o el uso, pero siempre sin perder su esencia. Los
artesanos al momento de realizar su trabajo buscan transmitir la cultura
vivencial, es decir las costumbres y tradiciones del día a día, entre sus cerámicas destacadas están las que
representan bailes típicos como la marinera, el tondero, luego están el
campesino crucificado que es una mezcla de la cultural social y religiosa, los
ceramios que representan acciones y trabajos que realizan las mujeres como el
amamantar a sus hijos y vender la chicha de jora y finalmente los que sirven
como utensilios en el hogar.
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